Aunque no lo crean, es relativamente frecuente que acudan a clínicas parejas que han sufrido esta molesta y desagradable experiencia. Si bien el mecanismo por el que sucede esto en los humanos durante el sexo no tiene nada que ver con el comportamiento reproductor de los animales, como por ejemplo los perros, que disponen de mecanismos para quedar enganchados en la vagina durante la cópula.
En tanto en el caso de los humanos, se debe a un problema físico o psíquico de la mujer, esto ya que durante el coito puede suceder una contracción involuntaria de ciertos músculos vaginales como el constrictor y los perineales.
Estos músculos son tan fuertes que pueden atrapar el pene con tal fuerza que para que ella pueda liberar a su compañero deba tomarse un relajante muscular o si ya es más grave, concurrir a un establecimiento médico.
Siempre se recomienda relajación para el sexo, ya que si no existe se puede dañar el pene o la vagina y aún más grave si se realiza sexo anal.
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