La imitación de los comportamientos sexuales, expuestos en las películas pornográficas, podrían afectar en la noción que las personas tienen del sexo.
Estudio realizado por investigadores australianos advirtió que ver pornografía podría ser peligrosa para las relaciones de pareja, debido a que al intentar imitar estas películas modelarían su vida real sobre el ideal que ofrece este tipo de género.
Esta imitación, junto con la asimilación de este tipo de expresión sexual, puede ser perjudicial al momento de establecer una relación de pareja. Por una parte están las expectativas que se tiene de un encuentro sexual y la frustración al no lograr las posiciones que ha asimilado como algo natural, lo que provocaría una disociación significativa entre las actitudes y las percepciones sobre la naturaleza de la sexualidad, afirma el psicólogo Patrick F. Fagan, director del Centro de Investigación de la familia de Australia.
Esto tendría consecuencias negativas en consumidores de pornografía, ya que tienden a disminuir sus implicancias emocional en las relaciones sexuales con sus respectivas parejas, haciéndolas sentir poco sensuales e inseguras con su cuerpo, que no cumple con el ideal de mujer de películas porno, enfatiza Fagan.
Renate Klein, autor y profesor emérito sobre estudios de la mujer en la Universidad Deakin en Melbourne, detalló que la pornografía se ha vuelto tan omnipresente en la vida de las personas, que muchas de ellas están empezando a modelar su vida sexual real sobre la pornografía.
La búsqueda de la imitación de este ideal, en que hombres y mujeres tienen cuerpo esculturales y pueden tener sexo durante horas, podría desvirtuar de la realidad que vive cada persona, junto con la idea de sumisión y dominación hacia la mujer como objeto de placer, asegura Klein.
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