Retira lentamente la tapa, sin impostar una actitud sexy o poco natural, la idea es que fluya el erotismo, el ir imaginando lo que vendrá después o lo que quieras que suceda. Con tu lengua saborea la tapa emulando que se lo haces a él. Recuerda que no tienes cuchara, por lo que tu lengua será clave para excitarlo.
De a poco desnúdate, insinuando sutilmente tu cuerpo, deja caer un poco de yogurth en tu pecho o en medio de ellos, ups! Tienes que limpiar esa zona, pasas tu dedo y lo saboreas con tu lengua, pídele a él que se quite la ropa con calma.
Una vez ambos desnudos, derrama pequeñas cantidades de yogurth en las zonas erógenas que más le guste y lámelo lentamente, si no los sabes, anda probando lugares que notes que se excite más, o simplemente pregúntale ¿en qué lugar puedo comer mi postre. También puedes pedirle que también coma su postre en tu cuerpo, la imaginación resulta una buena aliada.
Lo importante en esto, es que se observen mutuamente, más que buscar una penetración de forma inmediata, recuerda que esto además de ser placentero es una buena excusa para conocerse o reformular la relación que puede estar un poco dormida en este aspecto.
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