Durante años se ha hablado solamente del punto G de las mujeres, un lugar dentro de la cabina vaginal que al hincharse y tener contacto con el pene del hombre, genera placer y confort en las féminas.
Al respecto se han construido verdaderos mitos, como que algunas nunca lo encuentran y otras creen no poseerlo y que esa es la causa de no poder alcanzar el deseado orgasmo.
Ahora está de moda el nuevo término: El punto G masculino.
Según expertos el punto G de los hombres está ubicado debajo de la vejiga y la forma de acceder a él es a través de un masaje prostático, el cual se realiza por el ano.
La próstata tiene terminaciones nerviosas que si se estimulan con una suave caricia, pueden provocar una erección. Sin embargo, eso no significa que el hombre esté psicológica y sexualmente excitado. Es una reacción refleja medular sin mayor contenido erótico.
Es necesario aclarar que la sensación producida por el masaje protático puede ser distinto al de un orgasmo obtenido mediante el simple estimulo del pene.
Tal diferencia esta dada probablemente por la intromisión ocasionada por el dedo que se encuentra dentro del ano, aunque aún el tema no está totalmente estudiado.
La práctica requiere dejar todo tipo de prejuicios atrás, y según testimonios de quienes lo han experimentado, es un gran placer ¿Porqué no probar?
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