Ser la amante en una relación es crear una felicidad ficticia, un amor falso que sólo existe en su mente, se miente a sí misma, le miente a sus cercanos y justifica con excusas una relación que nunca será estable, ni mucho menos tendrá la exclusividad de aquel hombre que además de su esposa, la engaña a ella, sentencia Magdalena Cortés, psicóloga especializada en relaciones de pareja.
La mujer amante sabe que en la vida de ese hombre nunca podrá ocupar un lugar que le de la seguridad de un hogar, ser más que la esposa o caminar libre de la mano de su príncipe azul, aun así, se empeña en seguir con ese hombre que la usa y la mantiene a la sombra, le dice muchísimas mentiras que ella considera verdaderas, porque creerlas la hace feliz aunque sabe que la situación nunca cambiará, y aun así se niega a aceptarlo abiertamente, puntualiza Cortés.
Aquí las excusas más recurrentes de mujeres que optan por ser amantes
- Él encontró en mí lo que no tiene en su casa.
- Me trata como ninguno me ha tratado.
- Ellos ya no duermen juntos, sólo está con ella por sus hijos.
- Yo he tratado de dejarlo, pero él me dice que me ama.
- Por ahora soy feliz con él, no hago daño a nadie.
- Él es maravilloso conmigo, siempre está pendiente de mí.
- No quiero ser esposa, ya lo fui una vez y sufrí mucho.
- No se necesita de un papel firmado para amar y ser amada.
- No soy culpable de sus problemas, ese hogar ya estaba destruido antes que yo llegara.
- El amor y la felicidad no la da el estado civil.
La amante disculpa al hombre que ama, hombre que le dice lo mucho que sufre y lo poco que se comprende con su mujer que es “muy mala, no lo entiende” y de lo solo que se siente, pero no le explica cómo estando tan solo tiene con “esa mala mujer” un hijo recién nacido, o a punto de nacer.
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