En el momento en que decidimos formar una familia, hay unas cuantas cuestiones que se modifican, no sólo la rutina de nuestra vida, sino también la relación e interacción con nuestra pareja sufre algún inevitable cambio que podría afectar a las relaciones sexuales y por ende, al bienestar como pareja. Tener un niño en casa de cualquier edad sin duda que influye en la vida íntima de la pareja ya que no les permite tener la misma libertad de antes.
El hecho de que el niño se convierta el centro absoluto de sus vidas y que se le preste mucha atención está bien, porque así debe ser, pero eso no implica que se deba dejar de lado absolutamente la vida en pareja, ni las relaciones sexuales, sino que al contrario, se trata de tener una mayor responsabilidad en general y buscar el momento adecuado para hacerlo.
La comunicación, el buscar momentos en solitario por ejemplo cuando el niño se vaya de la casa, o el aprovechar las noches para hablar y mantener la pareja como antes es algo fundamental para que cuando el niño crezca, y muchos años después se vaya de la casa, no quede un vacío inevitable en el interior y por ende haga que la pareja esté completamente olvidada y rota y no haya posibilidad de repararla.
Una de las normas que se pueden colocar para que esto no suceda, es que el niño no puede ser el dueño de la cama. Cuando se lo deja pasar a la cama todo el tiempo, el bebé o el niño estará en el medio y por ende no habrá espacio para que puedan tener relaciones sexuales. Encontrar momentos íntimos con niños en casa entonces se vuelve una tortura. Si por algún motivo quieren que el niño esté en la habitación y que duerma en la cama junto a la pareja, entonces será necesario que se encuentre otro espacio en la casa, otra habitación en donde puedan utilizar para daros besos y tener relaciones sexuales en cualquier momento del día o antes de ir a dormir a la habitación junto con el niño.
Por supuesto que cuando el niño se va de la casa a jugar a la casa de algún compañero o sea queda con los abuelos o alguien de la familia, son momentos ideales para aprovecharlos y recordar viejas épocas o momentos. Escapadas a un hotel, salir a cenar o hacer cosas que hacían antes de tener un bebé es fundamental para mantener viva la pasión y para no caer en la rutina. Una escapada de fin de semana siempre es bienvenida.
No se puede olvidar el volver a usar juguetes sexuales y sobre todo en la mujer, el volver a sentirse sexy después de tener un hijo con lencería erótica algo que le devolverá la femineidad.
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