Así es, según un artículo publicado en Men´s Health, investigadores analizaron la vida sexual de una serie de parejas que tenían sexo anal y que usaban lubricantes. El resultado fue que estas parejas tuvieron un 8,3% más de riesgo de contraer una ETS que las que no usaban lubricante.
Los especialistas comentan que el uso de lubricantes es positivo pero hay que tener en cuenta que las paredes de la vagina o del ano pueden sufrir heridas no tanto por el uso del producto sino por los contenidos químicos del mismo. La presencia del espermicida o un lubricante no adecuado puede provocar que esa persona sea más sensible a contraer una enfermedad de transmisión sexual.
Lo que aconsejan es que se debe elegir bien el lubricante, que sean sólo de base acuosa o de silicona y tener en cuenta que sean compatibles con el uso del preservativo. Los de silicona son perfectos para el sexo en el agua, mientras que lo de base acuosa no perjudican al preservativo ya que la ETS se contrae por una rotura del mismo.
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