El testículo es el encargado de producir andrógenos u hormonas sexuales masculinas. La testosterona es la principal de ellas.
La testosterona se produce en unas células especializadas del testículo llamadas células de Leydig.
La producción de testosterona en el hombre se reduce también con el envejecimiento, pero su reducción es de forma menos marcada y brusca que como sucede en las mujeres con los estrógenos.
Los andrógenos cumplen con gran cantidad de funciones en los varones e indiscutiblemente, son las que marcan su diferencia con las mujeres. Dentro de estas funciones podemos mencionar:
– Aumento del tamaño del pene y escroto.
– Crecimiento en estatura.
– Cambio en el tono de voz al estimular el crecimiento de la laringe.
– Cambios en la textura de la piel, la hacen más gruesa y grasosa.
– Aparición de vello corporal.
En conjunto con otra sustancia llamada “gonadotropina” maduran la esperma.
Ayudan a la síntesis de proteínas y desarrollo muscular, por ello es que los hombres tienen más masa muscular que las mujeres.
Los andrógenos también trabajan deteniendo el crecimiento de los huesos largos luego del “estiron pubertal” (crecimiento rápido en altura que se da en la pubertad).
La testosterona es esencial para el correcto desarrollo de los genitales masculinos. También, estimula el desarrollo de los espermatozoides y aumenta el deseo sexual o libido del varón.
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