Un beso apasionado quema unas 6.4 calorías, usa 34 músculos faciales, hace que tu corazón palpite más rápido, que tu respiración sea más profunda y que tus pupilas se dilaten. Se intercambian millones de bacterias y suficiente saliva como para prevenir las caries. Un beso alivia la tensión, retrasa el proceso de envejecimiento y levanta la autoestima.
Los besos estimulan la parte del cerebro que libera endorfinas en el torrente sanguíneo y crean una sensación de bienestar que evita la depresión. Al besar se ponen en marcha tres hormonas, la oxitocina, la dopamina y la endorfina. Estas reacciones pueden ayudar a calmar dolores físicos porque actúan como analgésicos naturales.
Los que aportan más beneficios para la salud y para combatir las tristezas no son aquellos en los que sólo se juntan los labios, sin mucha pasión o emoción. Mientras más excitantes y apasionados sean los besos más adrenalina es liberada en la sangre y son mayores los beneficios para la salud. Esto se debe a que una fuerte liberación de adrenalina provoca un aumento de la tensión arterial y del ritmo cardíaco.
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