En teoría, tiene lógica que se puede eliminar las bacterias o los virus que causan las enfermedades de transmisión sexual antes de que te infecten, igual que te lavas las manos para reducir la posibilidad de contagiarte con influenza.
Pero no funciona de esa manera, lamentablemente, en sólo unos segundos, los gérmenes pasan a la piel y los fluidos corporales en el interior y alrededor de la vagina, entran al sistema y pueden causar una infección.
El único modo de reducir sustancialmente, aunque no del todo, el riesgo de contraer una ETS, es usando preservativo.
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